La Casa Giacaman o Casa Piedra de Coliumo: Un Enigma Arquitectónico Frente al Pacífico
En el pintoresco entorno de Coliumo, una localidad conocida por sus playas y paisajes naturales, se esconde un misterio arquitectónico que captura la imaginación de locales y turistas por igual. Se trata de la Casa Giacaman o Casa Piedra, una construcción abandonada y sin terminar que se asoma majestuosamente sobre el océano Pacífico.
Esta imponente estructura de dos pisos, construida en hormigón armado, se encuentra al final de un camino rodeado de árboles nativos, pinos y eucaliptus. Tras recorrer aproximadamente un kilómetro y medio por un sendero que se convierte en camino gravillado, se llega a esta enigmática edificación que parece desafiar tanto el tiempo como la lógica.
La Casa Giacaman fue diseñada para ser una residencia de lujo, con amplios espacios destinados a salones, baños, dormitorios, y una terraza desde la cual se puede contemplar la inmensidad del mar. A pesar de estar casi terminada, faltan elementos cruciales y nunca se llegó a aplicar la pintura en la piscina de diez metros que prometía ser un oasis de frescura mirando al mar.
Más allá de la estructura principal, el diseño incluía piscinas de agua de mar y un embarcadero de piedra natural, testimonio del impresionante trabajo humano que intentó integrarse con el paisaje. A un costado, se planeó un amplio estacionamiento para unos 19 vehículos, optimizando las vistas al océano.
Actualmente, esta casa atrae a todo tipo de visitantes y ha adoptado varios nombres, como Casa de Piedra o Casa Giacaman, aunque muchos, cautivados por su aire de misterio y las historias que inspira, prefieren llamarla la Casa Embrujada.
El atractivo de la Casa Giacaman no solo radica en su arquitectura inusual y su estado inacabado, sino también en las numerosas leyendas y especulaciones que giran en torno a su historia y a las razones por las cuales fue abandonada. Este lugar no solo ofrece una ventana al pasado, sino que también sirve como un lienzo en blanco para la imaginación de cada visitante.
Así, la Casa Giacaman de Coliumo sigue siendo un enigma, un símbolo de ambiciones grandiosas y de la naturaleza impredecible de los proyectos humanos, invitando a todos los que la visitan a explorar sus rincones y a especular sobre su verdadera historia.